El regadío como fuente de riqueza social, económica y ambiental

Si en España hoy estuviésemos sólo a merced del agua que circula por todos los ríos de nuestra geografía y sin embalses, sólo se podría atender las necesidades de una población de unos tres millones de habitantes durante el verano.

En España y si tenemos en cuenta la posibilidad de un cambio climático, se van a agudizar las condiciones naturales que obligaron a construir embalses y trasvases debido a una mayor variabilidad de la pluviometría y una mala distribución espacial y temporal de la misma.

Disponer de infraestructuras de riego modernizadas que utilicen el agua con la máxima eficiencia para optimizar el uso de agua y la energía consumida, es un reto a conseguir en los próximos años, y que cada vez estamos más cerca.

Como efectos positivos del regadío podemos señala, entre otros:

  • La aportación de oxígeno a la atmósfera por la fotosíntesis de la cubierta vegetal
  • Los cultivos de regadío son auténticos sumideros de CO2 atmosférico, con el consiguiente efecto positivo sobre el efecto invernadero. En Europa la biomasa absorbe entre un 7% y un 12% del CO2 que las industrias emiten.
  • La agricultura herbácea como productora de materias primas para la fabricación de biocombustibles, disminuyendo así la dependencia actual de energías fósiles limitadas.
  • La reducción de la erosión y desertización mediante el mantenimiento de la capa vegetal en regadíos eficientes.
  • La fijación de la población en el territorio, evitando el abandono de tierras y el despoblamiento de las zonas rurales y el éxodo hacia mayores núcleos de población, cada vez más superpoblados.
  • Los efectos positivos en una economía inducida por el regadío. Su influencia en los servicios e industrias agroalimentarias asociadas.
  • El regadío continúa siendo la garantía de un abastecimiento mínimo de la población, siendo un sector estratégico para todos los países, incluso los muy desarrollados, que puede resultar vital en situación de crisis.
  • La diversidad de cultivos y la productividad de las áreas regadas es muy superior a las áreas no regadas. En España una hectárea de regadío produce lo que seis hectáreas de secano.

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